El juzgado de Primera Instancia número 3 de Paterna (Valencia) ha condenado a Bankia a devolver cerca de 100.000 euros a un cliente por la gestión indebida de un contrato por permuta financiera, denominado swap, según consta en la sentencia a la que ha tenido acceso Europa Press.
El caso se remonta a los contratos de permuta financiera de tipos de interés suscritos en julio y agosto de 2008 por dos mercantiles, propiedad de una misma persona, con Bankia. El afectado, representado por el abogado Ignacio Grau, del bufete Rocabert&Grau Abogados, presentó una demanda contra la entidad financiera y pidió la nulidad de estos contratos al alegar que había existido vicio de consentimiento derivado de una falta de información y de la inexistencia de formalización de los test de conveniencia.
En cuanto al contenido de los contratos, el magistrado los define como atípicos, bilaterales, sinalagmáticos, aleatorios o especulativos, de tracto sucesivo y duración determinada, por los que dos operadores --cliente y entidad-- se comprometieron a intercambiar durante un cierto periodo las prestaciones dinerarias que fueron pactadas.
Este intercambio --agrega el magistrado-- dio lugar a un flujo de prestaciones en dinero, positivas o negativas para uno --cliente-- o la otra --entidad financiera--. De ello se desprende que el swap es un juego de suma cero, por lo que lo que una parte gana, la otra lo pierde, indica.
A la vista de estas circunstancias, el juez indica que la información que se aporta a los clientes suele ser claramente insuficiente; además, señala que se suele presentar el instrumento financiero como una ventaja para el contratante, que tiene una serie de beneficios concretos protegiéndolo contra la subida del tipo de interés al fijar un tope máximo, pero no se concreta de forma proporcionada y correcta cuáles serían las consecuencias de una bajada de tipo de interés.
NO FACILITÓ INFORMACIÓN EXIGIBLE
En este caso concreto, el magistrado, tras examinar la documentación y las diferentes periciales, estima que la entidad bancaria no facilitó al demandante la información que le era exigible a la hora de comercializar el producto, un swap.
En cuanto a la forma de obtener el test de conveniencia requerido para estas operaciones, el juez indica que de la prueba practicada no ha quedado acreditado que la entidad bancaria empleara una diligencia adecuada y proporcionada, ya que se presenta el test rubricado en formato de formulario.
El afectado defendió que él no realizó el test, lo que permite concluir, a juicio del magistrado, que el banco obtuvo una información que se considera importante para la calificación del cliente de una forma arbitraria e inadecuada, entrañando un riesgo para la viabilidad de la operación.
Por todo, el juez ordena la nulidad de los contratos, porque considera que el error producido es esencial, por cuanto las actoras suponían contratar una cobertura de tipo de interés desconociendo el contenido de lo que firmaba y sus consecuencias, señala. Informó Europa Press